miércoles, 24 de octubre de 2007

Ultimatum a la Tierra


The day the Earth stood still

Año: 1951
Productora: 20th Century Fox (EE.UU.)
Director: Robert Wise
Guión: Edmund H. North
Fotografía: Leo Tover (B/N)
Intérpretes: Michael Rennie (Klaatu / Mr. Carpenter), Patricia Neal (Helen Benson), Lock Martin (Gort), Hugh Marlowe (Tom Stevens), Sam Jaffe (Dr. Barnhardt)

BREVE SINOPSIS

Una nave extraterrestre, tripulada por Klaatu y el robot Gort, llega a la Tierra portando un mensaje pacifista. Sin embargo es recibido de forma hostil.



COMENTARIO (contiene datos del argumento)

Mi primer comentario de película he querido dedicarlo a uno de los más grandes clásicos de ciencia ficción. Hoy día es difícil poder ver en la programación de la televisión títulos como este. Lejos quedan aquellos magníficos ciclos que echaba televisión española de cine clásico y que hacían las delicias de los cinéfilos. Pero, gracias a la magia del DVD podemos hoy volver a ver esta joya de los años 50. Recuerdo cuando vi esta peli por primera vez, hace muchos años, que no me dejó indiferente, porque era una película con un mensaje implícito que invitaba a la reflexión, señal evidente de un buen argumento. Esto es algo, desgraciadamente, raro hoy día en que muchas pelis del género suelen conformarse con entretener al espectador durante dos horas. Agrupa los dos elementos más característicos de la década dorada del cine de Sci-Fi: la guerra fria y la amenaza nuclear y la llegada de seres extraterrestres, que copan la mayoría de pelis producidas durante estos años. Recuerdo también que cuando vi la peli me sentí identificado con Klaatu, el personaje protagonista: el extraterrestre inteligente, afable y dialogante que venía, con afecto hacia nosotros los humanos, a advertirnos de los peligros que la guerra nuclear podrían acarrearnos, que debiamos dejar la escalada armamentística. Sin embargo nosotros no sólo no le escuchamos, desoyendo sus advertencias, sino que además le recibimos con hostilidad. Es la desconfianza de nuestra especie a todo lo que nos sea desconocido. Primero recurre a los gobiernos y luego a las mentes más prestigiosas. Así, al no ser oido, Klaatu, no tiene más remedio que recurrir al ultimátum, haciendo una demostración de su poder paralizando la Tierra (hecho al que se refiere el título original de la película). Pero antes decide vivir en nosotros, conocer directamente nuestras inquietudes, gracias a su apariencia humana, convirtiéndose así en el Sr. Carpenter.
El otro enigmático personaje de la película es, por supuesto, Gort, el robot que acompaña a Klaatu en su encomiable misión y al que he dedicado una pequeña parcela de gloria en la foto de cabecera de este blog, Con su coraza plateada (aunque en la peli parecía más bien de plástico) tiene poder suficiente como para destruir nuestro planeta si fuese necesario, si no entramos en razón y escuchamos la advertencia. Resulta curioso que sólo la amenaza de destruir nuestro planeta parezca ser la única posibilidad de que dejemos la guerra a un lado (si vis pacem para bellum) La armonia impuesta por la amenaza en el universo. Afortunadamente, la famosa frase “Klaatu barada nikto”, al que tantos guiños le han hecho en otras películas, consigue que Gort no acabe con nuestro bonito planeta y finalmente ambos visitantes se vuelven en su plateado platillo. Otra cosa que recuerdo cuando vi la peli por primera vez es lo que me desconcertó el final. Parecía que se acababa así sin más y yo pensé: “bueno: ¿y ahora qué?”. Es un final que invita a la reflexión. Es como si dijeran: “bueno ahí queda eso, a ver que haceis”.


La peli no cuenta con grandes medios técnicos y, aunque esta producida por la Fox, tiene algunas de las características típicas de la serie B. Sin embargo es uno de los claros ejemplos que tenemos que demuestran que una buena película de Sci-Fi no tienen porque basarse en efectos especiales sino que un buen guion, acompañado muchas veces de una buena fotografia y dirección pueden dejar al espectador mucho más satisfecho.

Tiene reminiscencias del cine negro, muy presente en el cine americano en esos años y es que no es hasta la década de los 50 cuando la Sci-Fi nace como género. Genial trabajo el de Tovar en la fotografia, en la que hace geniales juegos de luces en algunas escenas. La película en general tiene una atmósfera sobria y oscura. Por otro lado, cada vez que veo la película descubro detalles nuevos, pinceladas geniales en la dirección de Wise, el cual haría más incursiones en el cine de ciencia ficción como la amenaza de Andrómeda (Andromeda strain, 1971) o Star Trek (1979). Así, la labor de fotografía y dirección junto a unos aceptables efectos especiales y banda sonora son las claves de este clásico, además de su interesante argumento, abiertamente antibelicista.

Yo personalmente me quedo con la moraleja final: La verdadera amenaza no viene del exterior sino de nosotros mismos.

Desde aquí invito a todos aquellos que aun no hayan disfrutado de esta película a verla, ya que es uno de los grandes títulos de la Sci-Fi, imprescindible para todos aquellos que se consideren amantes del género.

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